Para lograr un desarrollo socioeconómico sostenible, equitativo y solidario que aporte a mejorar la calidad de vida de mujeres, hombres, familia y las comunidades, es necesario lograr su empoderamiento para que participen plenamente en la dinámica económica de sus territorios, bajo un enfoque de igualdad de derechos.
Sin embargo las actividades domésticas y las actividades de cuidado del hogar, al ser responsabilidades eminentemente femeninas, sumadas a su rol productivo (no reconocido ni visibilizado), afectan el ejercicio de los derechos económicos de las mujeres al restarles oportunidades de formación y de desarrollar actividades económicas productivas. Por otro lado, la violencia de género genera altos costos económicos por incapacidad física y psicológica de las mujeres como sujetos con alto potencial de aporte económico a las familias. En este sentido, en la gestión 2017 se ha avanzado con los siguientes logros: